Sácale Punta
Por: El Puntilloso
QUÉ SERÁ LO QUE QUIERE EL COMISIONADO
La llegada del Comisionado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar Amador Escobar a Nuevo León, acompañado de 50 agentes, ha recibido el beneplácito de algunos sectores y de algunos funcionarios. Otros, hay que decirlo, lo toman con recelo porque su encomienda, aseguran algunos, es aplicar aquí la Operación Enjambre.
Traducido a términos llanos, viene con la fundada sospecha, sino es que ya con los pelos de la burra en la mano, de que el crimen organizado ha corrompido diversas instancias de gobiernos locales, como ocurrió en el Estado de México, donde se detuvo a alcaldes y mandos policiacos; uno de ellos se suicidó al momento de que sería detenido.
Por lo visto nadie lo dice con todas las letras: viene a investigar y a meter a la cárcel a quienes hayan sido infiltrados por el crimen organizado, lo cual no sería la primera vez que fuerzas federales intervienen en Nuevo León para aprehender funcionarios y mandos policiacos.
Muchos ya lo olvidaron, pero Fernando Torre Cueva, un connotado ex funcionario policiaco, fue detenido al igual que otros mandos y elementos policiacos, bajo acusaciones de tener tratos con la delincuencia organizada.
En el mes de junio de 2009, Torre Cueva, entonces secretario de Seguridad en Escobedo, fue detenido por elementos del Ejército en el edificio de la corporación, de donde salió esposado, así como José Santos Almaraz, su homólogo en Guadalupe, si bien no se especificaron los cargos, ya que al día siguiente fueron liberados en la entonces PGR de Ciudad de México donde solo habían “declarado”, de acuerdo a las versiones oficiales.
LA GUERRA DE CALDERÓN LLEGÓ A NL
Gobernaba el país el panista Felipe Calderón Hinojosa, y curiosamente ambos jefes policiacos ejercían sus cargos en gobiernos priistas, al igual que otros elementos y mandos detenidos en Juárez, Montemorelos y Salinas Victoria.
Meses después, en octubre de 2009, el recién llegado gobernador Rodrigo Medina, nombró a Torre Cueva jefe de la Metropol, con el que pretendía unificar el mando policiaco de nueve municipios, pero al mes siguiente, en noviembre, fueron reaprehendidos Almaraz, de Guadalupe y Amador Medina, de Monterrey, en donde gobernaba Fernando Larrazabal, si bien ambos mandos ya habían sido relevados.
Alguien le dio el pitazo a Torre Cueva, quien despareció y no volvió a pisar más su oficina, lo que obligó al gobernador Medina a declarar que nombraría a otra persona, mientras la PGR anunciaba una recompensa de cinco millones de pesos por quien diera información para capturar al “desaparecido” funcionario.
En tanto, el resto de los ex mandos y policías fueron enviados al penal del Altiplano, en Almoloya, Estado de México, donde fueron sometidos a procesos penales, pero libraron la cárcel meses después: Todos o casi todos salieron en 2010 libres y “limpios” de toda culpa y la PGR retiró hasta 2012 la recompensa por Torre Cueva.
MEMORIAS DE SUS RUDOS TRISTES
Tal vez recuerden también otros nombres relacionados con el famoso Grupo Rudo que operaba en San Pedro durante la segunda administración municipal de Mauricio Fernández, o al menos eso se decía del hoy alcalde por cuarta vez.

El panista nunca lo negó y hasta se hablaba de la “cooperación” de destacados empresarios para mantener un supuesto blindaje, que si hoy sigue existiendo, está lleno de agujeros, como lo demuestran las últimas ejecuciones en ese municipio.
Hay que recuperar la historia porque a la distancia, hoy parece que aquello fue una cacería de brujas derivada de vendettas políticas entre el PRI y el PAN. Los mandos detenidos eran casi todos de municipios priistas.
En el caso de Monterrey, se rumoraba que Larrazabal había apoyado a Rodrigo Medina para hacer perder al candidato de su partido a la gubernatura, Fernando Elizondo, quien le ganó la designación interna del PAN por dedazo de los mandos nacionales del albiazul.
Al año siguiente, en 2010, las violaciones sistemáticas a los derechos humanos le explotaron en la cara al gobierno de Felipe Calderón, con el asesinato de dos estudiantes de excelencia del Tec de Monterrey a manos del Ejército, a quienes los soldados les sembraron armas y se rindió un informe donde los señalaban como miembros del crimen organizado.
Casi 15 años después, sus familias siguen inconformes porque hay soldados procesados por “cumplir órdenes”, pero quienes dieron esas órdenes, nunca fueron siquiera investigados o citados a declarar.
RECUPERAR LA HISTORIA, PORQUE REGRESA…
Vale recordar esto porque, ¿cuántos estados del país requieren de comisionados que lleguen a aplicar la Operación Enjambre para depurar de la corrupción y de la infiltración del crimen organizado?
Nombraremos unos cuantos: Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Sinaloa, Chiapas, Tamaulipas, Coahuila, Sonora, Baja California y por supuesto, Nuevo León.
No es por ser malpensados, pero esperemos que la vara no se aplique con criterios de colores partidistas. Ahí les dejamos esa “sucia historia” de hace tres lustros.
MIJES: AL QUE MADRUGA, ¿EL COMISIONADO AYUDA?
Por lo pronto, el alcalde de Escobedo, Andrés Mijes, ya se les adelantó a los demás al recibir ayer al Comisionado Omar Escobar en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad de ese municipio, en donde le presumió el modelo de operación de la Proxpol.
Y vaya que Mijes andaba muy contento ayer por la disposición y el interés que mostró el funcionario federal, ya que también recorrió las instalaciones de Justicia Cívica y Justicia Vial, consideradas de avanzada, además de las áreas de Inteligencia y de Capacitación con simuladores virtuales.
Durante el encuentro entre el munícipe de Escobedo y el enviado del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno federal, Omar García Harfuch, también abordaron el trabajo que se hace en esa ciudad para la reconstrucción del tejido social para la construcción de la armonía social.